domingo, 2 de octubre de 2011

"El Perfume" Patrik Süskind.



“Hay en el perfume una fuerza de persuasión más fuerte que las palabras, el destello de las miradas, los sentimientos y la voluntad. La fuerza de persuasión del perfume no se puede contrarrestar, nos invade como el aire invade nuestros pulmones, nos llena, nos satura, no existe ningún remedio contra ella.” – Patrik Süskind.

Así describe el poder de las fragancias Patrik Süskind, en su libro “El Perfume”. Aunque este libro tiene años viviendo y ya fue llevado a la pantalla grande a manos del director Tom Tykwer en el 2006, es un libro del que hay que hablar.

Apenas hace unos cuantos meses, en una visita a librería decidí llevarlo conmigo a casa y he de decir, que fue una maravillosa adquisición.

Jean-Baptiste Grenouille es nuestro personaje principal, con su increíble habilidad olfativa, nos lleva a recorrer la hedionda atmósfera de la Francia del siglo XVIII. La manera en que Patrik nos describe cada pequeño componente de un aroma, hace que podamos percibirlo realmente, sentir que estamos ahí, donde se desarrollan las acciones.

Jean-Baptiste se convierte en alguien a quien odiamos amar, o amamos odiar. En momentos se convierte en el villano al que podríamos mandar a la hoguera aprovechando el más mínimo error de su parte, en otros se convierte en un humano mas, como cualquiera, incomprendido y falto de afecto al quién quisiéramos tenderle nuestra mano.

El Perfume, maneja un misterio atrayente y una sensualidad seductora que te hará querer leer una y otra vez la penosa y brillante historia de un asesino, que sólo conoció el amor a través de un aroma, un aroma que le tomó 25 años encontrar, 3 años para apoderarse de él y 10 minutos perderlo.

“Y aunque sabía que debía pagar un precio terriblemente caro por la posesión de aquella fragancia y su pérdida inevitable, tanto la posesión como la pérdida se le antojaron más apetecibles que la lapidaria renuncia a ambas. Por que durante toda su vida no había hecho más que renunciar, pero nunca había poseído y perdido.” – Patrik Süskind.


-Miss Van Dorth

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